Todas las figurillas compuestas por ángeles morenos, nichos con penachos de plumas, frutas tropicales y sobre todo las mazorcas de maíz, fueron laboriosamente creadas con una mezcla de barro, paja, y una sustancia viscosa extraída de la hoja del maguey, luego horneadas y coloreadas especialemente para ser una pieza más dentro del engranaje visual que ofrece el interior de la iglesia.
Su creación fue posible con la aportación economica y en terrenos de Antonio Bernabé Tecuoá y su esposa Martha María que eran vecinos del lugar.
La construcción de la capilla fue echa por étapas, al hacer la ampliación de la parte delantera del templo, se construyeron dos capillas formadas por simples crujías rectangulares que se comunican con la nave del templo por huecos que se abren en la zona del sotoroco. Una actualmente esta destinada al bausterio y la del lado norte está dividida en dos partes: la baja sirve de capilla y la alta es una simple comunicación de la torre al coro, terminándose las obras del coro en el año de 1897.
El retablo principal de columnas salomónicas y los laterales de pilastras estípites, datan posiblemente de la misma época, por otra parte, el resto de la ornamentación no corresponde a la época de los retablos.
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